lunes, 11 de mayo de 2020

"MAMÁ CURSI"




Finalmente, mis niños fueron a cazar Pokemones con su tía. La pasaron de maravilla. Fueron a diferentes lugares. Terminaron jugando en los columpios del Parque Omar. En la noche antes de dormir, les pedí los detalles. Me comentaron que había sido muy  divertido. Mi hija, que nunca me había pedido bajar el juego, me pidió que lo hiciera. Inmediatamente, le recordé  que ya habíamos hablado al respecto, que no  insistiera. Me dijeron que el juego era bueno porque había sido creado para que las personas hicieran ejercicios y estuvieran en movimiento. Les aclaré que no se necesitaba un juego para eso, sólo un poco de voluntad para ser responsable con nuestro cuerpo y su buena  salud. Es nuestro deber mantenernos en movimientos.  Con cara triste insistían. No me  agrada ser la mala de la película. Entonces les puse un par de ejemplos para poder explicarme mejor.  Les pedí que se imaginaran en el recreo de su escuela, viendo a la mayoría con un celular en sus manos, concentrados en busca de pokemones, en lugar de corretearse, jugar en el parque como lo hacían antes. Mi hijo dijo: ¿Eso que tiene de malo mamá? Tiene de malo que no están presentes observando realmente a la persona que tienes en frente, estás pero no estás realmente. Si vas al parque, te perderás de las ardillas que saltan de rama en rama, no verás las flores, no sentirás su aroma, ni el canto de los pájaros. Se me quedó mirando serio, como un niño maduro que es y me dijo:  Lo que pasa es que tu eres "cursi". No lo podía creer. Sentí que una espada atravesaba mi corazón. Traté de explicarle que a lo que el llamaba cursi, era mi estilo de vida, mi forma de disfrutarla y que gracias a Dios por esa manera de ser, había formado una bella familia con dos hijos maravillosos y sensibles. Que mientras a otras familias poco les importan los detalles, las atenciones, el estar pendientes los  unos de los otros, de los seres que aman, yo sí. No sé vivir de otra manera. La naturaleza para mi es como una madre, tiene un encanto, un hechizo que me hace sentir viva y feliz. Contemplarla es mi manera de agradecerle  todas las bellezas que nos regala a diario. Su cara esta vez fue de en verdad mi mamá además de cursi, está loca. Es tan solo un niño, pero me puso triste pensar que lo bello le parece cursi. Les di las buenas noches y traté  de contener el llanto. No pude. Me sentí herida en lo más profundo. Exagerada, pero no lo pude evitar, estoy nostálgica y muy sensible.  Mi hijo me hizo reflexionar, y me lanzó una verdad a la cara, como dice el maestro Omar Alfano. ¿Y si en verdad estoy pasada de cursi? Será que tengo que cambiar mi forma de ver las cosas. O simplemente dejo de tratar de llevar a los demás por mi camino. Cada quién debe tomar sus propias decisiones. Lo que es bueno para mi, no tiene porque serlo para el resto. La felicidad es algo tan personal.

Minnie Flores
Publicado 1 de agosto de 2016

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