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martes, 30 de junio de 2020

PEDRO PARAMO


Esta obra de Juan Rulfo la  tenía pendiente desde hacía mucho tiempo. En estos días de cuarentena la compré en formato digital, a mi pesar. ¡Amo los libros de papel!  A penas empecé la lectura me resultó imposible no comparar Comala, el pueblo donde se desarrolló la historia, con el lugar donde nací, El Piro, un pueblito de la provincia de  Herrera. Esa madrugada, según me contó mi mamá,  fui recibida por las manos de mi abuela a las 4:00 a.m. un 8 de marzo de 1974. ¡Que bendición tan grande!  Me imagino su emoción, sus oraciones, todo el amor y la ternura de una abuelita, más siendo ella la partera. 

El tema fue que mientras leía Pedro Páramo, literal se me "calentó el corazón" al recordar los caminos y las casas de pueblo. "Un pueblo que huele a miel y a mermelada"  Los trapiches, las aldabas de las puertas de mi propia casa, las banquetas, los catres donde llegué a dormir y los cerros que abrazaban el vecindario. Los peones, las lavanderas y las parteras, sabía que muchos ya habían partido al otro mundo. Todo esto empezó a divagar por mi mente como pensamientos fantasmas. 

Después de más de treinta años y antes de leer esta obra había regresado a mi pueblo con mis hijos, quería mostrarles mis raíces. Ese día sentí que "se me perdió el pueblo"  Yo no tenía afectos que buscar en ninguno de sus rincones."Nadie anda en busca de tristezas"  Tuve muchos momentos de felicidad junto a mis hermanas y nuestra madre,  pero también muchos difíciles y  tristes. Mi padre se fue de la casa cuando yo tenía seis años y nuestra mamá tuvo que levantarnos y educarnos sola. 

Entramos a la casita donde crecí y no había nada, "solo ruidos callados" El que un día fue mi hogar ahora lo era  de  una colonia de murciélagos.  No quedaba absolutamente nada visible de nuestra vida pasada. Solo la casita seguía en pie, llena de telarañas y nostalgia por nuestra ausencia. Se negaba a derrumbarse. 

Con esta novela entre tus manos debes  estar muy atento, sobre todo en casos como el mio, para no perderte y confundirte entre el presente, el pasado, y hasta lo eterno. Aunque puede tornarse confusa por los saltos del tiempo, a mi me gustó mucho, es un libro corto, pero exquisito. Yo me detenía por momentos a saborear cada frase, y a jugar con mis propios recuerdos. Todo era real y nada era cierto, me decía mientras me adentraba entre esas letras polvorientas.

 Esta  es la historia de un hombre que al morir su madre y a petición de ésta  viaja a Comala en busca de su padre, Pedro Páramo. Resulta que el pueblo está abandonado y los que aun quedan están muertos, sus almas y sus voces deambulan por todos lados. Es un  encuentro entre el mundo de los vivos y el de los muertos. En su recorrido, Juan Preciado, descubre que su padre era todo un personaje, nada querido por cierto.  

No quiero contar más, ni mucho menos resumir la novela,  así que lo dejo hasta aquí. Si les gusta el realismo mágico como a mi,  ésta es una verdadera joya, se las recomiendo. 

Lo que si  no podré evitar es citar las frases servidas en este banquete literario:

"Calentándome el corazón"
"Lo lejos que está el cielo de nosotros, conozco como acortar las veredas. Todo consiste en morir"
"Caminos de la eternidad"
"Estaba brava la luna"
"Un pueblo que huele a miel derramada"
"Paciencia y humildad"
"Se me perdió el pueblo"
"Ruidos callados"
"Y se disolvieron como sombras"
"Cada suspiro es como un sorbo de vida del que uno se deshace"
"La madrugada fue apagando mis recuerdos"
"Lleno de polvo y de miseria"
"Nadie anda en busca de tristezas"
"El ruido del agua apagaba todos los sonidos"

Minnie Flores





martes, 23 de junio de 2020

TEMBLOR





Estoy pensando que Rosa Montero tiene un don de profecía o algo parecido. Sus obras me parecen reveladoras, sean realidad o fantasía. De alguna manera te conectan con lo que acontece a tu alrededor. 
 No es normal que después de terminar de leer sus libros, las  ideas y los personajes se queden en tu cabeza desordenando u ordenando  todo ahí dentro. Lo cierto es que con esta novela que acabo de terminar me ha temblado todo. Es imposible no hacer una comparación con las creencias con las que has vivido, lo cierto que la fe es algo aprendido.  Alguien tuvo que hablarte, o llevarte por los caminos de la religión o filosofía que profesas hoy. 

Gracias a Dios tengo mi fe clara, por mis propias experiencias, y lo que siento y encuentro en mi interior es intocable. Creo en Dios Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra y creo en Jesucristo su hijo único.  No quiero imaginarme aquellas personas que todavía viven en el manto de la duda buscando ese algo que los llene por dentro y se encuentren de frente con este libro. 

Temblor es una avalancha de acontecimientos. La protagonista va de sobresalto en sobresalto, escapando de las brumas,  buscando salvar al mundo. Tratando de encontrar una verdad que quizá ni exista. En su caminar la sombra del olvido va devorando todo a su paso.  Es una carrera contra el tiempo y contra sus propias creencias. Por experiencia propia va  descubriendo que no todo lo que le han enseñado es cierto. 

Entre menos sabes,  menos sufres y menos te angustías, porque vives solo en el presente.  Eso es lo que descubrió en una tribu desconocida, pero  ellos también tenían sus rituales y creencias, resulta que el ser humano sabe por naturaleza que hay un ser creador más grande que todo aquello que ha creado, al él se aferra, a él o ellos les rinden pleitecia. Lo cierto es que sin importar los grupos o religiones  que dominan el mundo, todos necesitan un líder, un sacerdote, un guía. El problema es que parecería que los únicos que suelen vivir felices, son los que crearon  la ley, los que están pendientes de los que no la cumplen, y el castigo certero no se hace esperar para aquellos que la violen.

Debo confesar que la historia ya me estaba abrumando, a la mitad  la sentía complicada, estuve tentada a dejarla, pero no lo hice.  Definitivamente una muestra de la esplendida imaginación  de la autora. 

Cuando sea grande quiero ser como ella. 

Minnie Flores 


jueves, 18 de junio de 2020

LA RIDÍCULA IDEA DE NO VOLVER A VERTE






Bien lo afirma Rosa Montero nada es casualidad. Una buena amiga  me recomendó, La ridícula idea de no volver a verte, no es una novela, ni un ensayo, es una joya.  Fue inspirado y hace homenaje a la vida  de la gran mujer que fue Marie Curie, pero también al dolor, proceso, duelo, que ella experimentó y también  la autora,  tras la pérdida de su esposo. Esta obra nos  hace reflexionar sobre la vida y la muerte de una manera magistral y profunda. No es una lamentación, más bien un despertar inspirador que nos invita a valorar cada  momento junto a los seres que amamos. Desde la primera página la autora me atrapó, la forma tan humana y bella de describir lo común y rutinario,  le dio  brillo  a la tristeza con sus palabras al punto de tocarnos, rozarnos el alma y de alguna manera cambiarnos. No volvemos a ser los mismos después de ésta lectura, no al menos en mi caso. 

"Sólo en los nacimientos y en las muertes se sale uno del tiempo; la Tierra detiene su rotación y las trivialidades en las que malgastamos las horas caen sobre el suelo como polvo de purpurina" 

Leía este libro y pensaba en el amor que dejamos escapar día tras día. Malgastamos un gesto, una palabra, pensando que tenemos la vida comprada, o asegurada. Solemos decir que el tiempo pasa rápido, y no es así, pasamos nosotros, el tiempo siempre está, es el espectador eterno de las vidas que por él transitan. 

Y justo para estos días murió la madre de un compañerito de mi hija y todo lo que había leído sobre la muerte y la vida se paseaban por mi memoria una y otra vez, no podía sacarme a esta señora de mi cabeza, pensaba tanto en su hijo, único, y se me partía el alma, los ojos se me llenaban de lágrimas, y tan solo quería besar y abrazar a mis hijos, verlos sonreír, escuchar su voz y tratar de guardar ese recuerdo en algún lugar sagrado dentro de mi. 

Valoro la vida, las personas y los momentos que compartimos.  Eso somos, pequeños instantes.  ¿Como no logramos entenderlo? No hay manera de regresar el tiempo, él tampoco tiene memoria sería pedirle demasiado, debemos ser responsables de lo vivido, porque un día solo será un recuerdo. Así que es nuestra obligación no desperdiciar ni un minuto de nuestra vida para  que cuando el tiempo ya ni se acuerde podamos buscar  en las hojas de la memoria, y de ahí saquemos  una sonrisa o una lágrima de alegría, pero jamás  un remordimiento. Es nuestra decisión, debemos actuar hoy, aquí y ahora. 


También para estos días escuchaba por "casualidad", y no lo era desde que empecé la lectura que ya mencioné, una reflexión sobre los últimos días, lecho de muerte,  de algunas personas.  Ellas no querían nada, ni  pedían nada. Tampoco se podían llevar nada, ni siquiera la ropa, estaban desnudos esperando el viaje final. En su agonía solo  tenían el recuerdo de lo vivido y en algunos casos, ni eso.  Deseaban  regresar el tiempo para actuar y amar de otro modo, pero ya no podían. 

Yo quisiera, de hoy en adelante y hace mucho lo intento, aprender a vivir de verdad, quedándome en cada momento, o dejando una parte de mi, pero tan consciente de lo vivido que no tenga ganas de mirar atrás y decir: si yo pudiera... o si yo hubiera.... Porque entregué amor de verdad y alegrías a todos los que me rodeaban.

Amado Jesús dame la dicha, a mi y a mi familia,  de vivir una vida larga y saludable,  que aprovechemos al máximo  nuestro paso por esta tierra y podamos crear momentos eternos en nuestra memoria. 


Nota: Este escrito  lo escribí el 3 de abril de 2019 en una de mis libretas. 

domingo, 7 de junio de 2020

EL PESO DEL CORAZÓN



Después de casi dos semanas terminé de leer El Peso del Corazón, de Rosa Montero. Debo confesar que al principio no me enganchó, a mi parecer una extensión de  Lágrimas en la lluvia.  Y así lo señalaba el subtitulo El regreso de Brunna Husky, esto quizá contribuyó al poco entusiasmo por la trama, el problema es que no me agrada la ciencia ficción, no es mi género favorito. Sin embargo, decidí terminar la obra, no me gusta dejar libros a medio leer, pocas veces le he  hecho, pero no con mi autora favorita.

Con esta novela confirmé la impresión que tenía de la detective, Brunna, según mi opinión no era tan buena en su oficio, siempre llegaba tarde a la escena del crimen, se me hacía muy predecible. Sus co-protagonistas resultaban muchos más  astutos, para mi una falla.

Debo reconocer que la autora es capaz de crear con una misma trama y personajes, un universo distinto así que no era necesario haber  leído la primera historia para entender la segunda, de una manera clara y sin mucho detalle nos describía y nos contaba la historia de cada personaje. En mi caso como ya había leído la primera novela, me resultaba fácil identificar cada personaje y cada recuerdo. 

La primera novela me resultó más interesante, esta me pareció un poco  aburrida en varias ocasiones por el exceso de descripciones  y detalles, me abrumaban, además de la cantidad de nombres y lugares, mi memoria es corta, y sentía que no tenían demasiada relevancia en la trama. Estoy acostumbrada a una Rosa Montero narradora, sin mucho cuento, que de una forma sencilla, precisa, con una prosa limpia te transmite emociones y sentimientos al punto que te metes en la historia y te paseas por los escenarios sintiéndote el personaje mismo. 

Definitivamente la ciencia ficción no es mío.

Minnie Flores




martes, 26 de mayo de 2020

LÁGRIMAS EN LA LLUVIA


Acabo de terminar de leer Lágrimas en la lluvia, novela de la autora española Rosa Montero. A ésta autora la conocí y me atrapó  con La ridícula idea de no volver a verte, obra magistral, que leí gracias  a la recomendación de una muy buena amiga. Desde aquel primer encuentro con la las letras de Montero sentí una gran admiración por su talento y creció mi  deseo por leerla más. Así que desde entonces, más de dos años, he devorado todo lo que lleva su nombre, además de seguirla en sus redes sociales, donde descubrí que es un gran ser humano. 

 Como me gusta escribir, el año pasado tomé en Editorial Cursiva un taller virtual  de Escritura Creativa con Rosa Montero, sinceramente no era lo que esperaba pues pensé que habría  más interacción con la autora,  pero no fue así, todas las clases eran gravadas. En las mismas  te hablaba del oficio de escribir,  daba algunas de sus técnicas, comentaba sobre su experiencia y nos dejaba una tarea, que jamás revisaron, al menos no las mías. Aún así fue una buena experiencia, la sentí cerca y  aprendí claramente la diferencia entre contar y narrar, mi gran falla, así que valió la pena.  Después de ver durante la cuarentena a  la autora en vivo en Facebook y gratis, me dije, ¡Esto sí que no tiene precio!

Regresando a Lágrimas en la lluvia, primero debo confesar que la ciencia ficción no es mi género favorito, en ninguna de sus representaciones. Cuando empecé a leer la novela me di cuenta que hacía años cuando yo  no tenía idea de quién era Rosa Montero, había leído al menos más de dos capítulos de esta misma novela, y no continué solo por hecho de que era ciencia ficción.  Al percatarme ahora  de esta casualidad me dije, ni modo, es Rosa Montero debo seguir leyendo y darle una oportunidad a la historia. No me arrepiento, el argumento me atrapó, igual que me atrapó Bruna Husky, la detective androide, resultó ser más humana que cualquiera de los personajes de esta obra, yo podía sentir sus emociones, su temor a la muerte, pero sobre todo  su enorme deseo de vivir con la longevidad de un humano, esa rep  no entendía que todos estamos pendiendo de un hilo mortífero a diario, es imposible saber cuanto tiempo nos queda de vida. Encuentras entre estas páginas acción, suspenso, pasión, y esa sensación permanente de que alguien te espía, no puedes confiar en nadie, ni en tu propia sombra, aún así ella siempre hablaba de más, esto me parecía gracioso, tan gracioso como la escena cuando despierta y se da cuenta que ha dormido con un bicho. ¡Que bajo ha caído!

Por momentos me  detenía a pensar que toda esta trama podría ser una visión futurista de la autora, al igual que aquella novela de los años 80  Ojos en la oscuridad  donde el autor imaginó, de  una manera tan clara y profética, una Pandamia a causa de un virus llamado Wuhan- 400 o sea el Covid-19 que  hoy en día nos tenía a todos confinados.  ¡Que cerca estábamos de esta nueva profecía!  Ya existía el robot Sofía.  En nuestra actual  historia de supervivencia, las diferencias nos estaban dividiendo de una manera voraz, las religiones en lugar de acercarnos nos alejaban, los líderes con hambre de poder terminaban aplastando a todo aquel que piense distinto a los movimientos o sus partidos. 

Volví a a mirar la portada de la novela y sentí escalofríos cuando leí al final:

El futuro en tus manos.