jueves, 18 de junio de 2020

FLOR




Te envidio hija de las plantas,
o quizá solo quiero ser,
yo,  tú, perfecta.
Mariposas, abejas, colibríes, todos, 
todos posados sobre ti,
venerando tu belleza
bebiendo tu néctar.

Semillas absorben de tu vientre
las esparcen con el viento y
nacen nuevas vidas,
amasadas con miel y jengibre,
que endulzan nuestra alma.

Tu aroma pasa de vez en cuando
                                PESA
 y se va, 
liviana como el viento,
 se posa
sobre luna,
se vuelve canto
y todo empieza de nuevo.

Despiertas cada mañana,
sabiéndote perfecta
y creadora de vida, 
esperando a que contemplen
tu sublime belleza.

¡Quién como tu hija de las plantas!

Minnie Flores 


SOMBRAS Y GATOS



El ronronear de sus gatos

el aroma excitante a café

rincones, sombras y ratos

cae una lágrima, 

pierde su fe.

 

Misterios envejecidos

sus memorias divagan por doquier

a las tres de la tarde llega el rosario

en sus esqueléticas manos de mujer.


En el nombre del padre que la abandonó

del hijo que jamás llegó

y del espíritu que se le escapó

besa a la marchita que un día fue flor.

 

Solitaria, retorcida como acordeón

entre gatos y temblores

entrega su alma 

sin decir adiós. 


LA RIDÍCULA IDEA DE NO VOLVER A VERTE






Bien lo afirma Rosa Montero nada es casualidad. Una buena amiga  me recomendó, La ridícula idea de no volver a verte, no es una novela, ni un ensayo, es una joya.  Fue inspirado y hace homenaje a la vida  de la gran mujer que fue Marie Curie, pero también al dolor, proceso, duelo, que ella experimentó y también  la autora,  tras la pérdida de su esposo. Esta obra nos  hace reflexionar sobre la vida y la muerte de una manera magistral y profunda. No es una lamentación, más bien un despertar inspirador que nos invita a valorar cada  momento junto a los seres que amamos. Desde la primera página la autora me atrapó, la forma tan humana y bella de describir lo común y rutinario,  le dio  brillo  a la tristeza con sus palabras al punto de tocarnos, rozarnos el alma y de alguna manera cambiarnos. No volvemos a ser los mismos después de ésta lectura, no al menos en mi caso. 

"Sólo en los nacimientos y en las muertes se sale uno del tiempo; la Tierra detiene su rotación y las trivialidades en las que malgastamos las horas caen sobre el suelo como polvo de purpurina" 

Leía este libro y pensaba en el amor que dejamos escapar día tras día. Malgastamos un gesto, una palabra, pensando que tenemos la vida comprada, o asegurada. Solemos decir que el tiempo pasa rápido, y no es así, pasamos nosotros, el tiempo siempre está, es el espectador eterno de las vidas que por él transitan. 

Y justo para estos días murió la madre de un compañerito de mi hija y todo lo que había leído sobre la muerte y la vida se paseaban por mi memoria una y otra vez, no podía sacarme a esta señora de mi cabeza, pensaba tanto en su hijo, único, y se me partía el alma, los ojos se me llenaban de lágrimas, y tan solo quería besar y abrazar a mis hijos, verlos sonreír, escuchar su voz y tratar de guardar ese recuerdo en algún lugar sagrado dentro de mi. 

Valoro la vida, las personas y los momentos que compartimos.  Eso somos, pequeños instantes.  ¿Como no logramos entenderlo? No hay manera de regresar el tiempo, él tampoco tiene memoria sería pedirle demasiado, debemos ser responsables de lo vivido, porque un día solo será un recuerdo. Así que es nuestra obligación no desperdiciar ni un minuto de nuestra vida para  que cuando el tiempo ya ni se acuerde podamos buscar  en las hojas de la memoria, y de ahí saquemos  una sonrisa o una lágrima de alegría, pero jamás  un remordimiento. Es nuestra decisión, debemos actuar hoy, aquí y ahora. 


También para estos días escuchaba por "casualidad", y no lo era desde que empecé la lectura que ya mencioné, una reflexión sobre los últimos días, lecho de muerte,  de algunas personas.  Ellas no querían nada, ni  pedían nada. Tampoco se podían llevar nada, ni siquiera la ropa, estaban desnudos esperando el viaje final. En su agonía solo  tenían el recuerdo de lo vivido y en algunos casos, ni eso.  Deseaban  regresar el tiempo para actuar y amar de otro modo, pero ya no podían. 

Yo quisiera, de hoy en adelante y hace mucho lo intento, aprender a vivir de verdad, quedándome en cada momento, o dejando una parte de mi, pero tan consciente de lo vivido que no tenga ganas de mirar atrás y decir: si yo pudiera... o si yo hubiera.... Porque entregué amor de verdad y alegrías a todos los que me rodeaban.

Amado Jesús dame la dicha, a mi y a mi familia,  de vivir una vida larga y saludable,  que aprovechemos al máximo  nuestro paso por esta tierra y podamos crear momentos eternos en nuestra memoria. 


Nota: Este escrito  lo escribí el 3 de abril de 2019 en una de mis libretas. 

miércoles, 17 de junio de 2020

MOMENTOS BOCHORNOSOS




Momentos bochornosos  son aquellos en los que quisiéramos devolver el tiempo, o escondernos debajo de alguna piedra por haber hecho o dicho algo que no no debíamos en el lugar menos indicado. También le podemos llamar sucesos bochornosos, pero prefiero llamarlos momentos porque gracias a Dios son solo eso, pasan y con suerte después ya nadie se acuerda, aunque para ti sea imposible de olvidar. 

Bueno mi hijo de 12 años tuvo un momento bochornoso en una de sus clases virtuales. Estaban trabajando en una actividad que les había asignado el profesor, debían mantener la  cámara encendida y el  micrófono apagado. A mi hijo se le activó el micrófono sin darse cuenta, y cuando algo de lo que estaba haciendo no le salió bien, dijo "mierda". justo en ese momento el profesor le pidió que se disculpara con él y con toda la clase. Así lo hizo. 

Conozco tanto a ese niño bueno que cuando algo le sucede de inmediato lo leo en sus ojos. Le serví la comida para que almorzara, pasta con carne de res guisada, una de sus preferidas. Me miró con ojitos tristes, noté que empezaban a cristalizarse. Se acercó, iba empezar a hablar y la voz se le quebró.
Lo abracé y le pedí que me contara con confianza. Así lo hizo, su rostro cambió, el alivio de sacar eso que nos angustia refrescó su mirada. 

Las palabras soeces no son nada agradables, y no porque mucha gente las diga de manera casi normal en sus conversaciones están bien, al contrario, pueden representar una falta de respeto para tus interlocutores. En nuestra casa prácticamente no las utilizamos, a mi se me escapa una por ahí, precisamente esa que se le escapó a él en clases. Le pedí perdón porque sé que yo también cometía el error de decirlas frente a ellos, y eso no era correcto. Así que le pedí que me llamara la  atención si me escuchaba diciendo una. En realidad no era común, pero uno tiene sus días. 

Lo bueno de todo esto, le decía a mi hijo, era reconocer, aprender de  nuestros errores y disponernos a corregirlos. Lo felicité por la nobleza de su alma, se notaba que estaba arrepentido y avergonzado por lo que le había sucedido. Tampoco era algo grave, pero  no todo el mundo siente una punzada en el corazón cuando sabe que no ha actuado de la manera correcta. Lo importante era no acostumbrarse a repetir ese tipo de palabras, porque el hecho no era que lo hubiesen escuchado al activársele el micrófono, aquí el tema era que no debió decirlo, mucho menos frente al profesor. 

Sus  amigos cuando jugaban  en linea decían palabras soeces y de seguro él también, la verdad siempre lo escuchaba hablar, pero no le había escuchado decir ninguna, eso no significaba que fuera  un santito, quiero pensar que lo estamos educando bien y su actitud me lo estaba confirmado. Todo lo que nos sucede en la vida tiene consecuencias, buenas o malas, dependiendo de lo que sea, en el caso que sea algo negativo nos  debe servir como lección para no volver a caer en lo mismo.

Quedamos en que no se deben decir palabras soeces porque no es correcto, es  desagradable y hasta de mala educación, seas niño o adulto,  y quienes no estamos acostumbrados a decirlas nos sentimos mal, y hasta incómodos  porque no es parte de nuestro vocabulario. 

En nuestra cultura prácticamente es una manera popular de expresarse, ya sea cuando estás molesto o simplemente porque ya forma parte de vocabulario diario, y esto no tiene nada que ver con clase social,   pero la verdad no es bonito, al menos a mi no gustan. 

Minnie Flores




lunes, 8 de junio de 2020

SUEÑOS RAROS


La misma noche del episodio de Soy Sonámbula soñé  varias cosas raras.
 Primero, que nos habíamos ido de viaje y no teníamos hospedaje, lo bueno fue que me encontré con un conocido que nos brindó su apartamento. Al día siguiente mi esposo y los niños al parecer se habían ido a comprar desayuno, yo me quedé en el apartamento, me fui al baño, me senté a orinar y el agua del inodoro empezó a desbordarse. Me levanté, estaba desnuda, miré alrededor y vi todo sucio y desordenado. Me puse a limpiar, y a sacar el agua, que estaba limpia y transparente por cierto. En eso escuché ruidos, había más gente en la casa, me asomé y pude ver a una familia completa en la cocina, no era mi familia, de seguro familia de mi conocido. Corrí a ponerme ropa, solo tenía a la vista la pijama, me la puse, no tenía ropa interior por lo que se notaban mis pezones. ¡Moría de vergüenza!. La familia me invitó a desayunar, una mujer me pidió que comiera rápido para que terminara de limpiar toda la casa. Me enojé, le dije que se olvidara que no iba a limpiar nada, ella no dijo nada, todos me miraron con respeto. Comimos arroz blanco y huevo frito. ¡Que locura! Al ver que mi esposo y los niños no llegaban, decidí ir a buscarlos, tomé un bolso chico que se usa cruzado y  una maleta y salí, una mujer mayor salió conmigo, también llevaba una maleta. Nos sentamos en una parada a esperar el bus. Otra mujer llegó, y se sentó después de pedirnos permiso. Al minuto nos dimos cuenta que nos había robado nuestras maletas. Me sentí perdida y sola. La anciana regresó al apartamento. Yo me encontraba en una terminal de autobuses. Todo parecía confuso. Caminé un poco, a lo lejos divisé a una mujer policía. Me acerqué y le pedí ayuda. Lo primero que hizo fue pedirme una identificación, perfecto las tenía en mi bolso pequeño, pero al buscarlo, me percaté que tampoco tenía mi bolso, la ladrona se había llevado todo. ¡Angustia! Pensé en mi celular, ahora no tenía como pedir ayuda.  Así que estaba sola y sin identificación. Entré en desesperación por un momento, me dieron ganas de llorar, y decidí regresar al apartamento, pero antes de dar el primer paso, me calmé por completo. Era otra. Me dije, no puedo cambiar absolutamente de lo que ha sucedido, lo dejo en las manos de Dios, pues solo un milagro puede salvarme. La mujer  policía me escuchaba en silencio, más bien con extrañeza,  como si no entendiera de qué rayos estaba hablando.  Y de pronto  de la nada tenía en mis manos el bolso.  La mujer policía me miraba asombrada, y me preguntó, ¿de donde salió? Le respondí, esto es un milagro, a esto me refería. Estaba tan feliz y agradecida que decidí darle un dinero a la policía, se notaba que lo necesitaba, pero yo  tenía poco efectivo en mi bolso, y  quería darle unos 100.00. ¡Qué generosa! Así que le pregunté, ¿tiene Yappy?,se los paso desde mi celular. Y de seguro se los pasé. En este momento desperté.

Segundo sueño, misma noche,  por algún motivo  que tenía que ver con las cuarentena, a mi sobrinita Emma la habían cambiado de escuela. Mi hermana se encontraba muy angustiada porque temía que la niña no se pudiera adaptar a su nuevo salón y compañeros de clases. Le dije, no te preocupes, todo estará bien. Yo misma pasaré por la escuela, conozco a la maestra, iré a preguntarle como le va y de paso le comentaré que soy su tía. Así lo hice, pero para mi sorpresa al llegar al lugar, no era una escuela como tal, era una iglesia, podía ver el altar y atrás los bancos. Habían niños y adolescentes, todos muy rebeldes. No paraban de insultar a la maestra, a quién yo no conocía. Se notaba que la maestra estaba desesperada, no podía controlar a los niños. Ellos se insultaban y se golpeaban unos a otros.
Entré en desesperación pues no lograba encontrar a mi sobrina en medio de ese caos, y además no paraba de pensar como le diría a mi hermana que la escuela era el peor lugar para su hija, sobre todo porque al parecer yo se la había recomendado.
Yo podía ver a mi sobrinita en un rincón tranquila y callada jugando con unos dinosaurios, sus juguetes favoritos.

Noche de sueños raros.

Minnie Flores




¡SOY SONÁMBULA!


Estábamos en la segunda semana de junio 2020 y seguíamos en cuarentena. La semana pasada el gobierno había levantado algunas restricciones de movilidad y las personas se desbocaron a las calles, a las playas y al interior del país. Mientras tanto los casos de Covid-19 empezaban a aumentar producto  de la apertura  anterior  de un primer bloque o  grupo de  comercios y actividades, lo que llevó a  que más personas salieran a  las calles. Tomando esto en consideración y viendo el movimiento y poca consciencia de muchos el gobierno decidió revertir las medidas por lo que nuevamente estábamos en cuarentena y con  restricciones de movilidad,  por hora y sexo. 
Dentro de todo este proceso la vida continuaba para la mayoría, algunos reinventándose y otros simplemente resignándose, confiando en  que pronto todo esto pasará.

Mi semana estuvo cargada de anécdotas graciosas. Una noche mientras dormía a mi hija, sí aún lo hacemos, nos acostamos con los niños, oramos, rezamos, agradecemos y los llenamos de besos y abrazos, hasta que se queden dormidos, no cambiaría esta sensación por nada. ¡Momentos de felicidad mientras aun son niños! No considero que estamos  consintiendo demasiado a nuestros hijos,  más bien los estamos llenando de amor, un niño que se siente amado,  crece siendo una persona bondadosa e independiente, porque solo sabrá dar amor. Mis hijos son educados, obedientes, excelentes estudiantes, hijos y nietos amorosos, creen en Dios y en la Virgen, y viven sin miedos ni angustias. La niña tiene 10 años y el niño 12 años. En todo este tiempo de confinamiento han estado tranquilos, relajados, y han seguido sus vidas de forma normal, las clases virtuales han ayudado muchísimo a ocupar su tiempo en asuntos productivos y no tantos juegos electrónicos. Llegará una etapa, está muy cerca,  en las que serán ellos mismos  los que nos dirán nos vamos a nuestros cuartos.  ¡Hasta mañana, los amamos!

La hora de dormir era a las 9:30 p.m. Mi esposó acompañó al varoncito, y yo me quedé con la niña. El tema fue que cuando pensé que ya se había dormido (15 a 20 minutos usualmente)  me levanté lentamente para ir a mi cuarto, de inmediato me agarró, como si tuviera un sensor de movimiento, y me abrazó. Me quedé a su lado. Esto sucedió dos veces más así que decidí dormirme. Me  desperté al ver que mi hija se estaba levantando, pensé que iba para el  baño, sin embargo se puso a buscar algo en medio de la oscuridad, le pregunté ¿qué estás buscando?, ´¿que haces? Y me respondió:  Me voy a poner talco. ¿Talco? alcé la voz, y le dije, nada de talco, te acuestas inmediatamente, regresa a la cama. Ella obedeció, se metió en la cama y siguió durmiendo. Nunca estuvo despierta. Me dio mucha risa, y me dije: ¡Esta niña es un caso, hasta dormida quiere estar olorosa! Le encanta ponerse perfumes, cremas, y también talco. 

Después de un rato me fui a mi cama, aún no era media noche, y sentía que habían pasado horas. Me dormí. Me volví a despertar cuando escuché sus pasos, era mi hija nuevamente, se acercó y me dijo, me siento rara, no puedo quedarme dormida. No podía ser, así que prácticamente la regañe y le dije, apaga todo en tu cuarto y ven a dormir con nosotros. Eso hizo, y se durmió plácidamente. 

Al día siguiente, le comenté sobre el tema del talco, ella no recordaba nada, se echó a reír y me dijo, ¡Soy sonámbula!

Me sentía agotada no había dormido bien, no estaba acostumbrada a este tipo de trasnochada, pues después de que los niños se quedaban dormidos me pasaba a mi cama y ellos dormían en sus camas hasta el amanecer sin ningún problema. En este tiempo de cuarentena alguna noches hemos dormido los cuatro juntos, después de algún juego de mesa hasta tarde todos quedamos rendidos. #cosasdecuarentena


Minnie Flores





domingo, 7 de junio de 2020

EL PESO DEL CORAZÓN



Después de casi dos semanas terminé de leer El Peso del Corazón, de Rosa Montero. Debo confesar que al principio no me enganchó, a mi parecer una extensión de  Lágrimas en la lluvia.  Y así lo señalaba el subtitulo El regreso de Brunna Husky, esto quizá contribuyó al poco entusiasmo por la trama, el problema es que no me agrada la ciencia ficción, no es mi género favorito. Sin embargo, decidí terminar la obra, no me gusta dejar libros a medio leer, pocas veces le he  hecho, pero no con mi autora favorita.

Con esta novela confirmé la impresión que tenía de la detective, Brunna, según mi opinión no era tan buena en su oficio, siempre llegaba tarde a la escena del crimen, se me hacía muy predecible. Sus co-protagonistas resultaban muchos más  astutos, para mi una falla.

Debo reconocer que la autora es capaz de crear con una misma trama y personajes, un universo distinto así que no era necesario haber  leído la primera historia para entender la segunda, de una manera clara y sin mucho detalle nos describía y nos contaba la historia de cada personaje. En mi caso como ya había leído la primera novela, me resultaba fácil identificar cada personaje y cada recuerdo. 

La primera novela me resultó más interesante, esta me pareció un poco  aburrida en varias ocasiones por el exceso de descripciones  y detalles, me abrumaban, además de la cantidad de nombres y lugares, mi memoria es corta, y sentía que no tenían demasiada relevancia en la trama. Estoy acostumbrada a una Rosa Montero narradora, sin mucho cuento, que de una forma sencilla, precisa, con una prosa limpia te transmite emociones y sentimientos al punto que te metes en la historia y te paseas por los escenarios sintiéndote el personaje mismo. 

Definitivamente la ciencia ficción no es mío.

Minnie Flores




ORDENAR LOS JUGUETES


Después de haber pospuesto por meses, la hora había llegado, era el momento de tirarnos al piso, mirarnos  a la cara y preguntarnos por dónde empezar. Debíamos sumergirnos en las profundidades, olvidar el sentimentalismo y los apegos, y finalmente dejar lo que realmente sería utilizado. Sí, estoy hablando de organizar el área de juegos de los niños, más bien de mi niña de 10 años,  con el tiempo ella se había apropiado del lugar. El espacio era pequeño, había juguetes regados por todos lados, muñecas de todo tipo, Barbies, American Girls, Baby Alive y todos sus accesorios desde  cocinas, casas y autos, además de libros,  cestas con verduras, platitos, y cada cosa encima de la otra. No se podía caminar. Totalmente desorganizado. Qué desastre!

Era el momento de poner orden, por mucho tiempo  había tratado de no mirar hacia allá, sabía que mi hija jugaba casi todos los días y no quería guardarle nada. Luego me acerqué y le dije: Puedes tener todos los juguetes que quieras en esta área, pero deberás tener todo ordenado. Como siempre yo la ayudaría.  Empezamos a las 12:00 p.m., la misión era clasificar todos los juguetes,  ubicarlos en sus respectivas cajas, dejar, donar y tirar. Igual los que se quedaban debían ser clasificados
para cuando fuera a jugar solamente sacaba lo que quería, y al terminar, recoger y guardar. Parecía un trabajo fácil, pero nos tomó varias horas. Terminamos a las 6:30 p.m. La tarea se hizo difícil porque todo estaba mezclado. Mientras avanzábamos me preguntaba cuándo sería el momento en  que me dijera estoy cansada y me dejara sola en medio del caos, de pequeñita lo hacía, y como yo entendía que estaba cansada la dejaba ir o la ponía a jugar con algo mientras yo continuaba con la faena, pero nada de eso sucedió, ella no se movió de mi lado, es más algunas veces era quién dirigía y me daba ideas. Mi niña había crecido y madurado, pero aún le  gustaba jugar con sus muñecas, que maravilla!

Esta área había sido decorada inicialmente como el área de entretenimiento de los niños, había un televisor, dvd, y con tanto juguetes por todos lados parecía más bien un depósito.  El área quedó irreconocible, todo despejado y ordenado, con el espacio suficiente para jugar. Esa misma noche después de cenar volvimos al área de juegos, pero esta vez a ver vídeos de cuando eran chiquitos, vio su primera presentación de ballet y otros de sus presentaciones en preescolar, estaba encantada viéndose tan pequeñita y recociendo en esas caritas a sus compañeros de la escuela. La alegría se le desbordaba. Aproveché para recodarle lo importante y lo bien que nos hace mantener todo limpio y ordenado, el ambiente se llena de alegría y hasta sentimos que el aire estaba más puro, pero que esto no sucede solo, somos los responsables de mantener dicho orden. 

Minnie Flores

sábado, 30 de mayo de 2020

UN SÁBADO ESPECIAL



Sábado 30 de mayo de 2020, sin duda un sábado especial para recordar. Nos levantamos temprano y cosa rara en mi, sentí deseos de ejercitarme, nunca lo hago los fines de semanas. Mientras tomaba mi café me decidí, lo haría. Rápidamente preparé el espacio. Mi esposo aprovecharía para ir al supermercado por unas cuantos productos que necesitábamos. Mi hija al verme muy entusiasmada preparando todo para la rutina, decidió hacerla conmigo. Me conecté al vivo en YouTube y nos pusimos a hacer nuestros ejercicios con Fausto Murillo. Intenso para ser sábado pensé,  yo tenía más resistencia, estaba acostumbrada a sus rutinas,  pero mi hija no, así que hizo una buena parte y luego buscó su Mini Ipad, puso música y se empezó a bailar. Yo pude terminar a duras penas, estaba agotada de las clases de la semana, me dolían hasta las uñas. Al finalizar, me sentí feliz, y llena de energía, primera vez en la vida que hago ejercicio un fin de semana. ¡Cosas de cuarentena!

Justo a tiempo terminé y pude unirme al  Rosario por el fin de la pandemia presidido por el Papa Francisco desde la réplica de la gruta de Lourdes, en los Jardines Vaticanos, rezar me llenó de paz y alegría, sobre todo en estos momentos en que el mundo necesita tanto  de la misericordia de Dios. Fue muy lindo, al final el Papa dio unas palabras en español para la comunidad habla hispana. Me sacó una sonrisa. 

Después del almuerzo todos nos preparamos  para ver el lanzamiento del cohete Falcon 9 de la empresa  SpaceX, a medida que se acortaba el tiempo para el despesque, yo sentía una emoción, más bien nerviosismo, solo de imaginarme ahí en esa cápsula que me mandaría al espacio exterior. Los astronautas lucían tranquilos. Me dije:  ¡Jamás viajaré al espacio, moriría antes del lanzamiento!. Me aterran los espacios pequeños y encerrados.

Mientras esperábamos por el histórico momento por CNN podíamos ver el sinnúmero de protestas en Estados Unidos, miles de personas en las calles, unos con mascarillas  otros sin nada, sentí un tufo a muerte paseándose entre ellos, el Covid19 estaba ahí, Dios los guarde. Estaban protestando contra el racismo, gritaban como consiga #BLACKLIVEMATTER pero se exponían de tal manera que parecía que ni su propia vida  les interesaba. Todas las vidas son importantes, negras o blancas.

Vimos paso a paso el despegue del cohete y como se fueron desprendiendo algunas partes una vez consumido el combustible, todo bien calculado, hasta que la Crew Dragon de  agencia SpaceX de Elon Musk siguió su curso hacia  a la estación Internacional de la NASA.

Pasada la emoción del lanzamiento los niños subieron a jugar y yo seguí con la lectura de El Peso del Corazón, de Rosa Montero, tenía varios días leyendo, pero no me había enganchado tanto, así que el ritmo de lectura ha sido un poco lento. Me preparé un té, y empecé a leer. La tarde estaba envejeciendo y unas chispitas de agua se colaban por mi ventana llegando hasta mi cara, las sentía como pullitas de caricias. ¡Que relajante!Un manto espeso y blanco de lluvia cubrió con fuerza la ciudad. Yo estaba más que feliz, amo los días lluviosos sobre todo cuando tengo un  libro entre mis manos. Mi esposo a mi lado trabajaba en su computadora. La compañía perfecta!

Más temprano había pedido unos postres a una vecina que tiene una Pastelería.  Estaba metida en los enredos de la detective Bruna cuando me avisó que podía ir a buscarlos a su apartamento. La chica que trabaja en casa fue por ellos. Cuando vi las delicias me arrepentí de haber tomado el té tan temprano, era perfecto para acompañar mi flan o quesillo como le dicen los venezolanos. Los niños bajaron por sus postres y rápidamente todo desapareció. 

Me puse a  revisar mi celular y vi un anuncio que nos había enviado una amiga, emprendedora, empresaria, estaba promocionando sus productos, tequeños, empanadas, pastelitos, este no era su negocio,  pero estaba reinventándose en medio de la pandemia.  Ya le habíamos comprado antes y todo estaba delicioso. Le hice un pedido de empanadas y quedamos en que me las haría llegar y así fue. Lo bello de este pedido, además de lo bien que se veían las empanadas,  fue la notita, una cartita diría mi hija, que me escribió de su puño y letra.  "Un abrazo a la distancia.  Gracias." Me alegró tanto recibirla, y recordé que hacía mucho tiempo que nos vemos, a pesar de vivir cerca, por el confinamiento, pero el cariño sigue intacto entre nosotras. Somos un grupo de seis bellas mujeres, por dentro y por fuera, acostumbradas a reunirnos frecuentemente. Las últimas conversaciones han sido por Zoom o videos llamadas, gracias a Dios teníamos esta opción. Que más se podía pedir? Tenía tanto que agradecer en un solo día.  Me sentí infinitamente bendecida. 

Que bello es transformar con palabras un simple pedazo de papel en un abrazo, en una muestra sincera de agradecimiento y amistad. El poder de las palabras es infinito, tan infinito como el alcance que tienen,  cuando son escritas desde el corazón.

Minnie Flores 








viernes, 29 de mayo de 2020

ARDE EL CORAZÓN DEL MUNDO






En estos últimos días de mayo el mundo anda más que revuelto. Por un lado la inconsciencia colectiva, pareciera que  aún no han entendido  el peligro que representa el Covid-19. Me he quedado de una pieza al ver las playas en Estados Unidas repletas, mientras los cuartos fríos, de ese mismo país,  también repletos de aquellos que pasaron a mejor vida. Todo danzando a la vez, la vida y la muerte, al mismo tiempo.  

Sin lugar a  dudas la noticia triste y amarga de la semana a sido la muerte del señor George Floyd en Minneapolis en manos de un policía. El vídeo muestra la forma despiadada como el policía le  presiona el cuello con su rodilla mientras él permanece en el piso. Cuánta maldad en los corazones de los seres humanos. El mundo vio como  el hombre repetía, más bien suplicaba,  que lo dejara porque no podía respirar y nadie hizo nada, y me refiero a los compañeros del policía que permanecían observando como si fuese algo normal. ¿Cómo es que ninguno fue capaz de decirle, ya déjalo?  No existía  la posibilidad de que se escapara, estaba  esposado, desarmado, e inmovilizado en el suelo.  Pero no, era un negro, delincuente y además criminal, de seguro eso era lo que pasaba por la mente de los policías. ¡Cuanto odio, racismo puro!  Si el señor cometió o no un delito ahora es irrelevante, además ya no está.

La gente indignada, especialmente los de la comunidad negra, han salido a la calle  por tres  días consecutivos a protestar contra la discriminación racial. Como resultado, saqueos, incendios y daños comerciales. El  gobierno ha tenido que desplegar la guardia nacional porque la ciudad arde,  como  también la indignación arde en  el corazón del  mundo entero. 

Triste realidad, además cruel. ¿Qué nos está pasando? Parece que la pandemía no ha sacado lo mejor de muchos, como apostábamos al principio viendo tantos vídeos y reflexiones sobre la vida, disfrutar y apreciar lo que realmente era importante. Pensé que las  personas habían entendido los frágiles que somos y lo poco que necesitamos, pero lo mucho que nos necesitamos los unos a los otros para vivir en paz. 

martes, 26 de mayo de 2020

LAS NUBES


Las nubes son 
las más coquetas del firmamento, 
bailan con el viento, 
se visten con telas de flores y 
 se disfrazan de animales, 
se mueven con gracia de un lugar a 
otro y nos alegran los días.

Son suaves y calmas
bajan a besar la tierra, 
suben y se besan entre ellas.

Son  románticas y armoniosas, 
dan ganas de abrazarlas
y cobijarse con su manto de algodón 
para acompañar nuestros sueños.

No me canso de mirar a lo alto, 
y verlas sonreír en los días de sol,
acariciarse, rozarse y tocarse el corazón.

Son pretenciosas y sensibles, 
en sus días grises gritan y  retumban, 
al sentirse ignoradas, 
es un llamado de atención, 
quieren nuestra compañía, 
lloran sin parar, a cántaros, 
y sus  cantos nostálgicos 
nos llevan a refugiarnos, 
a contemplar desde la ventana su tristeza,
y solo basta una mirada nuestra
para hacerlas sonreír, 
se tornan claras, blancas y
se visten de flores,  y 
se disfrazan de animales,
bailan, se besan, nos besan
y desde lo alto con su abrazo 
de colores  nos tocan el alma
y nos hacen sonreír.



MARIPOSA



Quiero volver a leerme y sonreír,
quiero crear memorias que hablen
de lo soy y de  lo que fui,
quiero aprender a resignarme sonriendo,
 y no llorando o quejándome.

No quiero parecer la víctima,
ni mucho menos serlo,
acepto que soy frágil y vulnerable,
que tengo miedos escondidos en el alma,
y el coraje,  que jamás pudieran imaginar,
también se anida en este mismo lugar.


Tengo la cabeza llena de historias,
propias e inventadas,
han nacido de una palabra,
o del gesto de un desconocido,
les he dado vida con las
suposiciones de mi mente,
el criadero de mis frustraciones,
y nostalgias infinitas.

Ni yo entiendo porque escribo
ni de donde salen tantas mariposas,
letras y poesías,
revoloteando por doquier,
dudo de mis propias creaciones
y en el momento preciso descubro
que nunca somos los mismos,
mutamos según los días
y las lunas.
Abro mis alas y vuelo.


DÍAS GRISES


No todos los días son iguales, aunque lo parezcan. Están esos brillantes allá afuera, a los ojos de los demás,  y oscuros y tristes  acá dentro. Te cansas de mirar por la ventana  buscando el arcoiris y te asustan las nubes negras que afanadas parecen apoderarse del cielo. Entonces te llenas de un silencio
profundo, y se abre un espacio en tu corazón,  recurres al que siempre está ahí para abrirte un paraguas y cubrirte de tu propia lluvia. Lo llamas y él corre a tu encuentro.
Es Jesús eterno amigo y compañero de  quien le abre las puertas del alma.
Ese que  caminó  sobre el agua, camina sobre tus heridas y las sana.
Ese que calmó la tormenta, calma las nubes negras de mente y te regala un sol radiante de buenas ideas y pensamientos amorosos.
Es así de noble  y compasivo porque el también sabe de silencios y de días grises.
El sabe de consolación.

Minnie Flores